Su vocación nació en su colegio secundario. Estudiando para Perito Mercantil, la personalidad independiente y forma de enseñar y explicar de una profesora de Derecho Comercial fueron el imán hacía la abogacía. Para Mara Gorini, nuestra Gerente de Relaciones Laborales, el Derecho reunía muchas cosas de su interés: la Historia, la vida en sociedad, temas políticos, y la posibilidad de gestionar soluciones de conflictos. "Siempre me gustó esto de ser parte de la solución de problemas. Había algo latente en mí, y también algo que encontré en el ejercicio de la profesión. Me siento afortunada de que mi primera elección de carrera fuera la acertada, y agradezco el haber podido desarrollarme profesionalmente en mi vocación”.
En su vida profesional le ha tocado trabajar en lugares donde ha podido desarrollarse, y si bien siempre tuvo jefes varones, supo ganarse un espacio sin que el ser mujer y joven fueran impedimentos. “Siempre traté de trabajar con seriedad y responsabilidad profesional en cada una de las cosas que me ha tocado hacer, sin importar lo pequeñas que fueran.”
Sus relaciones laborales, señala, han sido duraderas, y no es el tipo de persona que se queda en lugares donde no se siente a gusto. Para Mara, vocación y profesión van de la mano. “De ir en contra de esta condición, iría en contra de mí misma y terminaría siendo frustrante”, subraya.
El hecho de ser mujer no le trajo dificultades, si bien “por serlo, hay veces en que los caminos son más ríspidos”. Se desenvolvió con éxito en una profesión en la cual en un principio predominaban los varones. Con el paso de los años, las universidades se poblaron de mujeres y hoy día hay una mayoría de profesionales femeninas en el Derecho. Fue así que Mara no tuvo que demostrar nada extra por ser mujer, sino que sus pilares fueron la actualización y aprendizaje continuo, y las ganas de aprender y mejorar.
“En algunas áreas me siento mucho más cómoda que en otras, y el descubrir que el trabajo en equipo es enriquecedor ha sido un gran aprendizaje estos últimos años. Esto lo afirmo especialmente en referencia a EANA,” comenta con entusiasmo.
¿Hay diferencias en las negociaciones colectivas, entre hombres y mujeres?, le preguntamos: “Toda negociación implica un desafío, y las negociaciones colectivas distan de ser llanas; hay un conflicto a resolver, con intereses contrapuestos. La cuestión es encontrar los puntos en común y construir a partir de ellos. Esa construcción se produce con otro ser humano, sea mujer o varón. En líneas generales no advierto diferencias en cuanto a la forma de trabajar, más allá de alguna empatía por una cuestión de género. Las diferencias son de estilos y formas.”